Domingo, 5 de Mayo de 2024 | Teléfono: 986 438 020
Atrás

Tomás Cobo / Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM)

'La vacunación tiene que ser global. No podemos establecer grandes diferencias de inmunización entre países'

El anestesista y presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, Tomás Cobo, aborda en entremayores algunos debates como el de la Ley de la Eutanasia, el papel de la telemedicina o la precariedad profesional del sector

Horacio R. Maseda 11-10-2021

COMPARTIR

Pregunta.- Su elección llegó en un contexto complicado, con el país en plena campaña de vacunación contra la Covid-19. Tras todo este tiempo, ¿en qué situación nos encontramos y qué incertidumbres quedan en esta pandemia?

Respuesta.- Por fortuna, podemos decir que el proceso de vacunación ha avanzado mucho. Estamos en el pódium más alto de los países con la mayor tasa de vacunación y continuamos en ese camino. Los resultados de efectividad están siendo muy buenos y los datos parecen indicar que la pandemia está remitiendo, aunque lamentablemente todavía seguimos registrando contagios, hospitalizaciones y, lo más trágico, muertes por Covid-19 que se siguen contabilizando diariamente. Actualmente, a la hora de hablar de una tercera dosis a la población general, desde la Organización Médica Colegial consideramos que es prioritario avanzar en la vacunación de países en los que los niveles de vacunación son casi inexistentes. La pandemia es global y para hacerle frente, la vacunación tiene que ser global. No podemos continuar estableciendo grandes diferencias de inmunización entre países, dado que vivimos en un mundo interconectado en el que la movilidad de personas ya no es una restricción. Además, la solidaridad es esencial y tenemos que velar por que un mayor acceso a las vacunas o unas campañas de vacunación más ágiles no sean una realidad solamente para algunos países. Insisto en que continuamos en una situación en la que la prevención y las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias siguen siendo necesarias y efectivas en la lucha contra el virus, junto con las vacunas. En cuanto a las incertidumbres que ha abierto la pandemia, me gustaría destacar la necesidad de la revisar y reformar el Sistema Nacional de Salud y abordar la reconstrucción material y moral de los profesionales, temas que hemos puesto sobre la mesa recientemente, los días 23 y 24 de septiembre, en el primer seminario de verano de la Escuela de la Profesión Médica, en Santander. Es necesario que, como toda crisis, la pandemia suponga una oportunidad para hacer un análisis profundo –desde lo puramente profesional– y trasladar las conclusiones al ámbito que corresponda para introducir las reformas que necesita nuestro sistema sanitario y responder a las necesidades de los profesionales.

P.- Las vacunas, junto con la distancia social, la ventilación de interiores, el lavado de manos o la mascarilla, están siendo las mejores armas contra la Covid-19. ¿Seguirán estas medidas formando parte de nuestra rutina en 2022?

R.- En mi opinión, estas medidas han resultado muy eficaces y han venido para quedarse: mascarilla facial, sobre todo en entornos cerrados, ventilación de zonas interiores e, imprescindible, el correcto lavado de manos. Son medidas higiénicas básicas y vamos a tener que continuar aplicándolas con civismo y responsabilidad.

P.- Llama la atención que, atendiendo a la eficacia de las vacunas, algunos profesionales sociosanitarios que trabajan en residencias no se quieran vacunar. ¿Qué opina al respecto?

R.- El inicio de la campaña de vacunación contra la Covid-19 ha sido uno de los pasos más importantes en la lucha contra la pandemia y desde el CGCOM siempre hemos insistido en la importancia de que los profesionales estén vacunados y en que, además, deben generar confianza en la población que pueda tener dudas sobre la efectividad de las vacunas. La no vacunación supone un claro riesgo para la salud individual y colectiva, una falta de responsabilidad y solidaridad, e implica un posicionamiento contrario a la evidencia científica. Además, pueden generar alarma social y confusión entre la población. Por ello, insisto: la vacunación es fundamental en la lucha contra la pandemia, junto con el mantenimiento de las medidas de prevención y el respeto a las recomendaciones de las autoridades sanitarias. En el caso del personal médico, el negacionismo puede violar las normas deontológicas de la profesión. Dicho esto, aclaro que, en el entorno sanitario, los negacionistas son anecdóticos y sin ninguna fuerza.

P.- Desde la CGCOM han advertido de que existen riesgos en algunos servicios de telemedicina que no cumplen los preceptos del Código de Deontología Médica. ¿Cómo pueden los pacientes saber si los servicios cumplen las normativas sanitarias?

R.- En efecto, la pandemia nos ha empujado a adoptar nuevas fórmulas en el ejercicio de la Medicina. En una situación organizativa distinta en los centros sanitarios, la telemedicina nos ha ofrecido la posibilidad de poder seguir prestando la atención a los pacientes bajo las condiciones de seguridad adecuadas. La telemedicina ha reducido los traslados evitables, ha disminuido las visitas a centros de salud y hospitales en una época en la que era necesario limitar la movilidad de las personas y ha ayudado a evitar riesgos derivados de la presencialidad durante la pandemia. Es una herramienta muy útil en determinados casos y siempre debe responder a los principios éticos y deontológicos que rigen la relación entre el médico y el paciente y, además, este tipo de consultas se deben desarrollar cuando sean aconsejables y posibles. Sí que nos gustaría poner el foco y advertir sobre la publicidad de determinados servicios de telemedicina que no cumplen con las exigencias y que pueden suponer un peligro para la salud de los ciudadanos. Para evitar estos riesgos y dar seguridad, las autoridades sanitarias deben someter a control y seguimiento este tipo de prácticas. En telemedicina es clave la identificación y habilitación del médico que está al otro lado del teléfono. Esto no es un problema en el Sistema Nacional de Salud, pero hay que verificar siempre en otros entornos nacionales e internacionales.

P.- El coronavirus también ha puesto en evidencia el déficit de geriatras que hay en España. ¿Se está minusvalorando la Geriatría y Gerontología en comparación a otras especialidades?

R.- La crisis del coronavirus ha mostrado las fortalezas y las debilidades de nuestro sistema sanitario. Como máximas fortalezas, me gustaría destacar el trabajo de los profesionales, el cual ha sostenido el impacto de la pandemia y también la flexibilidad del sistema para poder dar respuesta a una crisis de esta magnitud. En contraposición, se han evidenciado, entre otras carencias, los déficits de recursos humanos y técnicos. Actualmente, la esperanza de vida en España está situada en torno a los 82 años y el envejecimiento de la población nos obliga a prestar una asistencia sanitaria con un enfoque multidisciplinar, pero no solo en la atención a mayores necesitamos este planteamiento o los recursos humanos suficientes dentro del Sistema Nacional de Salud, incluida la adecuación de la oferta de plazas MIR.

P.- Usted habló en varias ocasiones de la precariedad profesional en el sector y de que la formación médica continuada no está siendo suficiente. ¿Qué soluciones existen a corto y medio plazo?

R.- Los niveles de precariedad en el sector médico son muy graves. Según las conclusiones de estudios publicados recientemente, el 50% de los compañeros tiene un contrato precario. Esta precariedad impacta en algunas especialidades, como la Medicina Familiar y Comunitaria, la cual es muy difícil de ejercer con contratos de días o de semanas. Esta inestabilidad y esta incertidumbre que se agrava con el paso de los años repercuten, inevitablemente, en la asistencia sanitaria y genera situaciones personales realmente trágicas. Hasta un 33% de médicos se jubilaría si pudiera y la mitad de los compañeros sufre el síndrome del trabajador quemado. Por otra parte, los salarios de los médicos en España están por debajo de los sueldos de los compañeros europeos –y son, incluso, desiguales dependiendo de la comunidad autónoma en la que ejerzamos–, y el tiempo del que disponemos para la formación médica continuada es de cinco días al año, el cual es insuficiente. La formación, que es una obligación y una exigencia a lo largo de toda nuestra vida profesional, no solo tiene que ser especializada, sino que también tenemos que formarnos en competencias transversales. En este sentido, y como le comenté, hemos celebrado en Santander el primer seminario de verano de la Escuela de la Profesión Médica, promovido por la Organización Médica Colegial para la formación en temas de profesionalismo. Las soluciones para atajar la precariedad laboral pasan por un acuerdo, a nivel estatal para que no existan grandes desigualdades entre comunidades autónomas, basado en un plan de recursos humanos, que esté consensuado con los profesionales y que dé respuesta a las necesidades, empezando por la ampliación del número de plazas de Formación Sanitaria Especializada y las plantillas en los distintos servicios autonómicos de salud, así como el desarrollo profesional. En el caso de la formación, es básico que establezcamos sinergias y colaboración entre los distintos agentes y organismos para crearla, hacerla accesible y para que esta formación esté acreditada, libre de conflicto de intereses y en un entorno internacional, si es posible. El pasado mes de mayo, por ejemplo, renovamos el convenio entre la UEMS, SEAFORMEC y el Ministerio de Sanidad.

P.- Meses previos a la entrada de la Ley de la Eutanasia usted recelaba del registro de objetores de conciencia y de algunos términos en su redacción. ¿Sigue opinando igual tras las comisiones de control y su puesta en marcha?

R.- La Ley de Eutanasia se elaboró sin consultar con los profesionales y eso ya es un error, ya que somos una de las partes directamente implicadas. Seguimos opinando que no contar con nosotros ha sido un fallo de base a la hora de redactar la ley, pero llegados a este punto, lo que debemos hacer es procurar ser lo más garantistas posibles. No es adecuado contar con un registro de objetores de conciencia y desde el CGCOM estaremos vigilantes para proteger el ejercicio del médico, ya que hay que dar la adecuada cobertura a cada paciente y cada caso pero también al médico objetor. Nuestro posicionamiento sobre la eutanasia es que no es un acto médico y la Asociación Médica Mundial contempla la eutanasia como un acto no ético. Y también me gustaría recordar que los colegios de médicos tenemos un papel importante a la hora de explicar y formar en qué consisten determinados conceptos que no están claros, como la propia eutanasia, la analgesia y sedación terminal o la adecuación del esfuerzo terapéutico. También echamos de menos un mayor desarrollo de los cuidados paliativos en esta ley, unos cuidados que no son incompatibles con la eutanasia. Insisto en que cada paciente es un caso concreto y así debe ser atendido.

P.- Finalmente, y en cuanto a su legislatura, ¿cuáles serán los principales retos que tiene por delante como presidente?

R.- El objetivo prioritario que he marcado para mi presidencia es conseguir que la organización sea lo más útil posible para los colegiados y las colegiadas, y que seamos ágiles y eficientes a la hora de coordinar, impulsar y apoyar las iniciativas de los 52 Colegios de Médicos de España. Con todo esto, conseguiremos ser un referente para nuestros compañeros, que se sientan representados por la institución y orgullosos de pertenecer a ella. Para conseguir ser útiles, tenemos que impulsar un proceso de modernización y digitalización de la institución, en el que ya estamos trabajando con el fin de facilitar el día a día del trabajo del médico. También tenemos que enfocar nuestros esfuerzos a la formación médica continuada y su acreditación en un contexto internacional, como he dicho antes; a seguir identificando las necesidades de nuestro colectivo en protección social y solidaridad y a garantizar la cobertura necesaria a los médicos cooperantes y voluntarios. No me olvido de que tenemos un papel esencial como asesores gratuitos de las Administraciones. El Consejo y los Colegios de Médicos tenemos que liderar ese asesoramiento para la toma de las decisiones adecuadas y oportunas en los temas que afectan a la profesión médica y a la protección de la salud de la población.



Tlfno: 986 438 020 | contacto | aviso legal